Resulta muy habitual confundir artes marciales con fuerza física. Esto resulta negativo por dos motivos sobre todo: primero porque supones que quien hace artes marciales tiene más fuerza que tú; segundo porque no crees que puedas hacerlas y en caso de hacerlas no tienes fuerza como para defenderte. Sin embargo las artes marciales son disciplinas mentales corporales y espirituales -por lo menos- que si nos gustan podremos utilizarlas para defendernos abrir una puerta bailar o caminar mejor.

Os propongo la lectura de este artículo de Luis Jiménez Ramírez profesor de Kung-Fu/Wu-Shu editado en “Cinturón negro” nº 26 en 1991.

EL kung-fu/Wu-shu es una disciplina mental corporal y espiritual mas su fin en sí no son sus manifestaciones físicas. Se incide en gran medida en éstas para su progresión real y tangible pero desarrollando también los recursos mentales y espirituales. Para que el Kung-fu/Wu-shu sea potencialmente real se requiere un duro trabajo de todos los elementos.

La vuelta a las raíces de las Artes Marciales chinas nos harán profundizar en el entrenamiento su preparación y las aptitudes propias de su creación el esfuerzo espíritu de sacrificio y dedicación que los desarrollaron. Por supuesto sin olvidar los adelantos y conocimientos actuales los cuales nos ayudarán a acrecentar la eficacia en la progresión hacia una mayor perfección de una manera ineludible.

Es necesario un duro trabajo físico para lograr el potencial requerido de estos elementos siendo la concentración de suma importancia con el control de la respiración la fuerza se canalizará de una forma letal concentrando toda la fuerza del cuerpo la mente y esfuerzo en la acción que ejecutemos. Esto se efectúa dirigiendo su entrenamiento al desarrollo de todas las zonas de su cuerpo al fin de que actúe conjuntamente concentrando y enfocando la fuerza física en el contacto y en el momento del impacto. Dicho impulso debe reflejarse por medio de una preparación pareja cuando llega a un nivel medio-avanzado ya que es necesario tener una capacidad de asimilación con una base fuerte seria y correcta.

Todo el ser debe enfocarse en lo que realiza de modo que se produzca un flujo completamente libre de acción y reacción.

Todos los sentidos han de concentrarse en lo que realiza la clave de su reacción a un ataque ha de tener lugar de manera instantánea como un acto reflejo la concentración total facilita el paso de la acción a la reacción y así explotar sus recursos internos para llegar a ser realmente eficaz.

El conocimiento de uno mismo es la suma de la disciplina y el dominio de las tres cualidades que complementan un entrenamiento completo.